27 de febrero de 2008

Pedro Delgado: "El ciclismo está viviendo unos momentos muy delicados"



¿Quién no echa de menos los viejos tiempos en que todos nos perdíamos la siesta por seguir las andanzas del amigo Perico? En esta entrevista reciente comenta la situación actual del ciclismo.




Pedro Delgado Robledo, nació el 15 de Abril de 1960 en la ciudad de Segovia, ex ciclista profesional, y en la actualidad comentarista de TVE. Durante su etapa en la élite del ciclismo consiguió que todos los aficionados españoles se pegaran al televisor para ver a un ciclista que nunca se escondía.

¿Cómo fue su entrada en el mundo de las dos ruedas?
En el colegio tenía un amigo que competía en ciclismo, Frutos Arenal, y me animó a que me sacara la licencia federativa. En 1974 participé en mi primera carrera de ciclismo, fue en los Campeonatos Provinciales de Segovia, y después de esa experiencia decidí apuntarme a la Escuela de Ciclismo de Segovia. Al año siguiente, en la misma carrera donde corrí por primera vez, participaba también el Moliner de Valladolid, un equipo que tenía ciclistas muy importantes en la categoría juvenil, y al final de la prueba se me acercó su director, Ramón Chamorro Moliner, y me fichó para la temporada sigiente. A partir de ese momento empecé a ser conocido en los ambientes del ciclismo y a conseguir muchas victorias. A mitad del año 1978 pasé a la categoría de aficionados, donde estuve durante tres años y medio, hasta que en 1982 cumplí el sueño de todo ciclista, ser profesional.
¿A quién agradece su ayuda en especial para poder haber sido un ciclista profesional?
Hay mucha gente, pero yo destacaría a Ramón Chamorro Moliner. Me fichó muy joven y me hizo conocer desde muy pronto el ciclismo al más alto nivel nacional. No tenía grandes dotes sobre táctica, pero le encantaba el ciclismo de ataque, y desde salida ya estábamos atacando. Todo ello motivó que me apasionara a este deporte, por la capacidad de esfuerzo y sufrimiento, para poder triunfar.
¿Qué siente un ciclista al llegar a París vestido de amarillo?
El cumplir un sueño y una meta. Por unos momentos te sientes el más grande. Escuchar el himno nacional en tierras extranjeras y, en una ciudad como París, es muy especial. Estas ‘flotando’.
Consiguió el maillot de lider del Tour de Francia de 1988 en aquella mítica etapa de Alpe d´Huez y no le soltó hasta el podio de París. Fue un día duro, 227 kilómentros con una bonita lucha entre su equipo, los colombianos Herrera y Parra y los holandeses del PDM.
¿Qué recuerda de ese día?
Recuerdo que me encontraba muy bien físicamente y con la idea clara de ‘armarla’ ese día. La etapa salió rapidísima con un par de puertos no muy duros de salida. El pelotón a causa de la velocidad, se fraccionó en dos, quedando retrasados varios favoritos, lo esto provocó que durante los primeros 100 km se mantuviese un ritmo infernal hasta antes de llegar al primer coloso del día, el puerto de La Madeleine. Allí la gente llegó muy cansada y nadie se animó a atacar. Nadie quería coger responsabilidades ante el ritmo vivido, pues con pocos kilómetros en las piernas ya se llevaba mucho desgaste y quedaba todo lo peor. Así esperé al descenso de este puerto para lanzar un ataque por sorpresa. Todo el mundo esperaba mi ataque subiendo y lo que hice fue aprovechar el largo descenso para poner a Miguel Indurain, Ángel Arroyo y Rodrigues Magroa tope, para provocar cortes en él y evitar que los corredores cogieran el avituallamiento que estaba haciendo puente entre la bajada y la ascensión del otro coloso del día, el puerto del Glandon. El ritmo volvió a ser de auténtica locura, llegamos al avituallamiento con el pelotón totalmente fraccionado y con mi equipo casi al completo. Después de reponer brevemente fuerzas seguimos dando ritmo con otros corredores como el colombiano Omar Hernández, hasta que dí la estocada final a falta de 3 km de su coronación. El único que me siguió fue el holandés Rooks. En la última gran dificultad del día, el Alpe d’Huez, nos echaron mano los colombianos (Lucho Herrera y Fabio Parra), pero el resto de los favoritos ya estaban a muchos minutos de nosotros.
¿Durante el transcurso de aquel Tour le ocurrió alguna anécdota destacable?
Por confirmar esa teoría de que hasta la última raya de meta no se puede decir que has ganado la carrera, a 500 metros de la línea de llegada en París, mi compañero de equipo Herminio Díaz Zabala se acerca a mí, para felicitarme, nos agarramos de la mano, y en ese momento cojo un bache que casi me hace caer, fui dando tumbos unos metros, pero afortunadamente sin llegar a peder el equilibrio. Nos llevamos mi compañero y yo un susto monumental.
¿Quién es el ciclista actual que más se acerca a su forma de correr?
Alberto Contador. Es un corredor que donde hace las diferencias sobre el resto de los adversarios es en la montaña y siendo el mejor contrarrelojista de los escaladores.
¿Cuál es la victoria con la que más disfrutó tras conseguirla?
Hay muchas, de carreras anónimas y lógicamente como los triunfos de la Vuelta a España o el Tour. Ganar es una sensación placentera, por sentirte entre superior físicamente y/o más listo.
¿Y la derrota que más le dolió?
Hay muchas, pero siempre recuerdo una de las grandes clásicas del ciclismo, la Lieja-Bastogne-Lieja del año 1989 que, por culpa de un cambio en el desarrollo por parte del equipo en mi bicicleta (no tener un piñón de 12 dientes, algo entonces normal por otro de 13), no logré el triunfo. Me había escapado en uno de los repechos finales. En la parte final era muy favorable y por culpa de ese cambio no pude mantener las diferencias sobre mis perseguidores, teniéndome que conformar con el cuarto puesto.
El próximo 17 de Agosto se disputará la XV edición de la Marcha Cicloturista Pedro Delgado.
¿Qué nos puede contar de este evento que se viene disputando desde su retirada en 1994?
He tratado siempre de hacer un reconocimiento a gente que ha sido importante en cuanto a mi carrera deportiva, como mi afición. Este año será un homenaje a mi primer director deportivo, Ramón Chamorro.

Para finalizar. ¿Cómo cree que transcurrirá esta nueva temporada? ¿Qué ciclistas deberíamos tener en cuenta?
El ciclismo está viviendo unos momentos muy delicados, pues los mensajes que recibe el aficionado son siempre negativos. Porque no sólo pueden ser los casos de dopaje, sino el entorno a este introvertido tema, los máximos responsables del ciclismo, principalmente la Unión Ciclista Internacional y los organizadores de las grandes vueltas (Vuelta, Tour y Giro) están inmersos en una lucha de intereses entre ellos, que aprovechan cualquier circunstancia para atacarse, y el arma arrojadiza es siempre el dopaje, acusaciones sin pruebas y un largo etcétera. Así que lo que me gustaría es que toda este gente se tranquilizara, porque este deporte, por méritos capte de nuevo a los aficionados y a los patrocinadores tan necesitados que estamos todos, sin excepción. Respecto a ciclistas, lógicamente Alberto Contador sería la referencia, pero la exclusión de su equipo en la ronda francesa y de otras importantes carreras, hará que los aficionados españoles le echemos mucho en falta. Otros, de casa como Alejandro Valverde, Oscar Freire, Carlos Sastre u Oscar Pereiro. De los de fuera, para carreras de fondo: Cadel Evans, Denis Menchov, los italianos Bettini, Cunego, Ricco o Di Luca, o sprinters como Tom Boonen, Pettachi, McEwen, …


Entrevista de Deporte365.com.

6 de febrero de 2008

Los Chicos del Coro en la Catedral

El concierto será el próximo 19 de febrero a las 21 horas.

`Les Petits Chanteurs de Saint Marc' han logrado, a raíz del rotundo éxito de la película para la que pusieron sus voces, un gran reconocimiento internacional, actuando en los más prestigiosos escenarios del mundo. La BSO de Los Chicos del Coro les convirtió en el mayor fenómeno discográfico de 2005 y les supuso también una nominación para el Oscar a la mejor canción. Ahora toca saborear su música en nuestra capital.



Un concierto único, de una coral única

El concierto de Los Chicos del Coro en Segovia formará parte de una gran gira que la coral realizará este mes por distintas ciudades de España, pero esta actuación contará además con dos atractivos añadidos: el incomparable marco de la Catedral de Segovia y el fin solidario de los beneficios del mismo. En esta actuación especial interpretarán canciones de la película junto a otros temas del repertorio de música sacra.


Esta iniciativa ha sido organizada por AD+ Proyectos Solidarios y cuenta con el patrocinio de Caja Segovia e Iberpistas. Y con la colaboración del Ayuntamiento de Segovia, Fundación Cándido y Hotel Los Arcos. Además cuenta diversos medios colaboradores; el Sur de Segovia, el Norte de Castilla y Radio Segovia.


Programa
'Los Chicos del Coro', por primera vez en Segovia. Fecha: martes 19 de Febrero. Hora: 21:00. Lugar: Catedral de Segovia
Venta de entradas: centro de Recepción de Visitantes (Plaza Azoguejo, 1), en http://www.entradas.com/ y en el 902 22 14 24.

4 de febrero de 2008

Sendas por la Tierra de Pinares

Como hemos podido comprobar, existe una gran variedad paisajística y orográfica en la Tierra de Pinares segoviana, fruto de su amplia extensión, que no hace sino enriquecer y dar más valor al patrimonio natural de esta comarca. Y para conocer mejor esta diversidad geográfica el Grupo de Acción Local Honorse-Tierra de Pinares ha diseñado una serie de 15 rutas que, bajo el nombre de Sendas por la Tierra de Pinares, muestran algunos de los rincones más interesantes y bellos de la comarca.



Para conocer de cerca los recorridos pormenorizados de estas sendas tienes dos opciones, o bien descargar el listado completo en formato PDF, o bien descargar cada senda de manera individual:

CERRO DE SAN BLAS
Atalaya de roca sobre el Duratón FUENTIDUEÑA 3,5 KM.


A través de los pinares de Samboal SAMBOAL 6,9 KM.


Un río con vocación de cartujo ZARZUELA DEL PINAR 3,1 KM.


En lo más oculto de los pinares LASTRAS DE CUÉLLAR 4,1 KM.


Las Hoces septentrionales del Duratón SAN MIGUEL DE BERNUY 8,3 KM.


Vigía sobre el Mar de Pinares FUENTEPELAYO 6,7 KM.


Un recorrido por los pinares de Turégano TURÉGANO 11,9 KM.


Hacia el tranquilo regazo del agua CUEVAS DE PROVANCO 14,8 KM.


Humedales de la Tierra de Pinares (I) CANTALEJO 6,1 KM.


Humedales de la Tierra de Pinares (II) LASTRAS DE CUÉLLAR 10,2 KM.


Quejigos sobre la vega del Duratón LAGUNA DE CONTRERAS 7.9 KM.


El entorno natural del Santuario CUÉLLAR 4,2 KM.


La frondosa ribera del río Cega CUÉLLAR 16,5 KM.


Pinares en encinas en el valle del Pirón CARBONERO EL MAYOR 4.9 KM.


Piedra y luz en un paisaje recóndito ALDEASOÑA 5,2 KM.

Información Micológica

Unos apuntes sobre las setas de la zona, información obtenida de la Asociación Micológica de Navalmanzano.

Los Hongos de la Tierra de Pinares



Diferentes tipos de Setas


La Matanza

La matanza era un acontecimiento que reunía a toda la familia: padres, hijos, hermanos, abuelos, tíos e incluso a vecinos, durante tres o cuatro días. Y digo "era", porque es una de esas costumbres que está en peligro de extinción.



El "matarife", que no siempre era el propietario del cerdo (o cerdos), era avisado con unos días de antelación para que el día señalado se presentase pronto para matar a los cerdos. Esperaba después un largo trabajo.

Sacrificado y "churrascado", el cerdo se colgaba, para poder abrirle en canal y extraer sus vísceras, que las mujeres lavarían luego minuciosamente.

Tanto el día en que se mataba el cerdo como los siguientes, se comenzaba la jornada con un suculento desayuno. Solía preceder una buena copa o copitas de aguardiente, el famoso "orujo".
Al día siguiente, muy temprano, se empezaba a destazar. Consistía en despiezar. Jamones, paletas, lomos, costillas, cabeza, magro, etc.


El magro era básicamente empleado para hacer el chorizo. También algo de manteca. Picado el magro, se echaba en la "artesa" (cajón cuadrilongo, por lo común de madera) y en ésta se mezclaba con pimentón, sal, orégano y ajo muy triturado. Se amasaba todo durante un buen rato, volviendo a repetir la operación varias veces.

Para que todo quedara en sus debidas proporciones, se hacía la probadura antes de dar por finalizado este trabajo. Se cogía una o dos cucharadas de la masa. Se freía y a probar. Si todo estaba en su punto, se tapaba y quedaba hasta el día siguiente, para que todos los elementos integrantes cogiesen el sabor, olor y color adecuados.

Otras personas eran las encargadas de salar los jamones, costillas, paletillas, hojas de tocino (mitad de la canal del cerdo partida a lo largo, y que se colocaba poniendo una hoja encima de otra, para que se salaran mejor), cabeza etc. Los jamones serían los que permanecerían más días, para que penetrara bien la sal. Las paletillas algunos días menos.
Nadie estaba de más, pues había que preparar la materia para hacer las morcillas: picar la calabaza, manteca, cebolla... y preparar el arroz.



Hemos dicho que al día siguiente de sacrificar los cerdos se hacía el chorizo. Muy de mañana, se comenzaba la tarea. Había reparto del trabajo: uno movía la manivela de la máquina para embutir, otro colocaba las tripas, que previamente no sólo se habían lavado, sino metido en un recipiente con vinagre, para que quedasen perfectamente limpias; y varias mujeres, una vez introducida la masa en la tripa, pinchaban ésta con una aguja, con el fin de que saliera el aire, pues si quedaba aire dentro, no se curaría (secaría) debidamente y se echaría a perder. Otras mujeres ataban la tripa...


Como en todos los trabajos, se comía y se bebía. La comida consistía en asar a las brasas algún trozo de magro o carne. Así se hacía un alto en el camino.
El día tercero se hacían las morcillas. Éstas se hacían con calabaza, cebolla y arroz.
Se cocía la calabaza y un poco después se añadía la cebolla, para cocerlas juntas en una caldera de cobre. El arroz se cocía aparte. Como se ve, el tiempo de cocción no era el mismo para las distintas materias que integraban las morcillas. Una vez cocidas la calabaza y la cebolla, se introducían en un saco para escurrir totalmente el líquido, colocando encima unas piedras.
Debidamente escurridas se echaban en una "artesa" para su condimentación: sal, ajo triturado, orégano y, a veces, se añadía un poquito de sangre del mismo cerdo. Se amasaba todo durante un buen espacio de tiempo; operación que se repetía varias veces.



Finalizado esto, se hacía la probadura como con la masa del chorizo. Si todo estaba correcto se tapaba hasta que le llegara el turno de embutirlo. El resto de la faena se hacía como en el embutido del chorizo. Después se colgaban en latas (rollo de madera más corto que los cuartones), que se colgaban en el hueco de la chimenea para que se secaran.


Como solían juntarse bastantes personas en las matanzas, una o dos mujeres se dedicaban a preparar las comidas. Los niños solían comer antes y solos, pues debían ir a la escuela, que tenía sus horarios. Las demás personas lo hacían más tarde.
Por la noche, una vez terminado el trabajo, la gente se entretenía jugando a las cartas. Se pasaba una velada amena y divertida. Ya no había prisa, excepto los niños, que al día siguiente tenían que ir al colegio, habiendo antes desayunado.

Todavía quedaba un trabajo por hacer, pero éste se hacía a los ocho o más días y era una faena de los propietarios de los cerdos: hacer los "chicharrones" de la manteca extraída, técnica que consistía en freír durante bastante tiempo la manteca, hasta quedar un residuo apenas sin grasa.
Pasado el debido tiempo, venía la faena de colgar los jamones, paletillas, lomos, hojas de tocino y otras partes del cerdo que necesitaban "curarse", unas al aire y otras al humo.



Así concluía la matanza, que había tenido la fuerza de reunir por varios días a familiares y vecinos en un clima de trabajo, amistad, alegría y diversión, con sabrosos y exquisitos alimentos, y que había servido también al mismo tiempo para salir un poco de la monotonía, haciendo más llevaderas las largas noches de invierno.

¡Lástima que también la matanza se vaya perdiendo!
Que al menos quede reflejado para generaciones venideras.

 
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